viernes, 21 de octubre de 2011

Congreso Anfictiónico de Panamá

             
El Congreso de Panamá (designado a menudo como Congreso Anfictiónico de Panamá en recuerdo de la Liga Anfictiónica de Grecia antigua) fue un congreso que tuvo lugar en la ciudad de Panamá con el objeto de buscar la unión o confederación de Hispanoamérica, lo que antes fueron los virreinatos españoles en América. El congreso se llevó a cabo en 1826 en el antiguo convento de San Francisco, hoy Palacio Bolívar de la ciudad de Panamá.
                El salón donde fue celebrado dicho congreso recibe el nombre de salón Bolívar y reposan allí una espada del Libertador, juntos con los originales “Protocolos del Istmo”, primeros acuerdos firmados por los ministros plenipotenciarios que asistieron a esta reunión en 1826.
                Asistieron al congreso: Nueva Granada, Venezuela, Ecuador, Guatemala, México, Perú, las Provincias Unidas de Centro América. Chile y Argentina no asistieron debido a su situación interna; Bolivia no pudo llegar a tiempo y Gran Bretaña envió un observador.
                Ya la idea de crear una gran nación cuya extensión abarcara lo que hoy es Hispanoamérica venía desde Francisco de Miranda, quien ideó el nombre de Colombia para esa eventual nación. Simón Bolívar, también, en la Carta de Jamaica (1815).
                El Congreso logró instalarse en la ciudad de Panamá el 22 de junio de 1826 y dejó de sesionar el 15 de julio de ese año. Asistieron dos representantes por cada país concurrente: Gran Colombia (que abarcaba los actuales Colombia, Ecuador, Panamá, Venezuela), Perú, México, y las Provincias Unidas del Centro de América (que comprendía Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, y Costa Rica), aunque el propio Bolívar no pudo intervenir al considerar incompetible su presencia mientras desempañaba la presidencia de Perú.
                Si bien la joven República de Bolivia fue invitada, recién en julio de 1826 el presidente de Bolivia, el mariscal venezolano Antonio José de Sucre, designó a sus dos delegados. Poco antes de la partida de los delegados bolivianos llegaron las noticias del inicio del Congreso así como de sus acuerdos y por ello quedaron sin efecto las designaciones, pese a la plena identificación del mariscal Sucre con los objetivos de Bolívar. Las convulsiones políticas de 1826 y 1827, y el consiguiente retiro de Sucre causaron desinterés en Bolivia sobre los resultados del Congreso de Panamá, y sus acuerdos no se ratificaron.
1. Renovación de los tratados de unión, liga y confederación;
2. La publicación de un manifiesto en que se denuncia la actitud de España y el daño que ha causado al Nuevo Mundo;
3. Decidir sobre el apoyo a la independencia de Cuba y Puerto Rico, así como de las islas Canarias y Filipinas;
4. Celebrar tratados de comercio y de navegación entre los Estados confederados;
5. Involucrar a Estados Unidos para hacer efectiva la Doctrina Monroe en contra de las tentativas españolas de reconquista;
6. Organizar un cuerpo de normas de derecho internacional;
7. Abolir la esclavitud en el conjunto del territorio confederado;
8. Establecer la contribución de cada país para mantener los contingentes comunes;
9. Adoptar medidas de presión para obligar a España al reconocimiento de las nuevas repúblicas; y
10. Establecer las fronteras nacionales con base en el principio de uti possidetis, tomando como base el año 1810.
                El pleito entre Perú y la Gran Colombia por la provincia de Guayaquil, así como el litigio entre México y Centroamérica por la región de Soconusco (actual Chiapas) impidió también discutir la aplicación del uti possidetis como criterio para la delimitación territorial, tomando como base el año 1810. Ante el fracaso de las conversaciones sobre este tema y para evitar el agravamiento de las pugnas ya existentes, estas cuestiones no se resuelven en el debate, encargando la definición de fronteras a los acuerdos bilaterales entre cada país.
                La negativa de cada país participante a reducir sus aranceles anula todo intento de fijar acuerdos preferenciales de comercio, al ser evidente los desequilibrios en la balanza comercial de cada asistente. Los recién independizados países participantes dependen mucho de los aranceles como fuente de ingresos para sus gobiernos, por lo cual se niegan a toda concesión al respecto. La exigencia del observador británico Dawkins para contar con acuerdos comerciales de manera separada con cada estado impide las posiciones comunes entre los países hispanoamericanos y el Congreso decide mantener el status quo sobre los aranceles y el comercio.
                El intento de estimular la independencia de Cuba y Puerto Rico quedó anulado por la opinión contraria del observador británico, quien advirtió además los riesgos de lanzarse a una guerra contra España en la región del Mar Caribe donde otras potencias como la propia Gran Bretaña y Francia poseían colonias. Por presión británica se desaconsejó también invocar el apoyo de EEUU para instaurar por la fuerza la Doctrina Monroe, en tanto los estadounidenses eran (junto a España) el principal socio comercial de Cuba y Puerto Rico; la discrepancia entre México y la Gran Colombia sobre quién debería liderar este esfuerzo anticolonial, así como las advertencias británicas, causaron que el Congreso evitara toda decisión sobre el Caribe, mientras Gran Bretaña apenas ofrecía su mediación para lograr el reconocimiento diplomático del gobierno español de sus antiguas colonias.
                Los embajadores tan sólo acordaron con relativa facilidad la creación de una liga de repúblicas americanas con jefes militares comunes, formar un pacto mutuo de defensa, y una Asamblea Parlamentaria Supranacional, aunque sin acordar detalles específicos sobre el funcionamiento de ésta, ni sobre la organización de las tropas comunes de defensa. Con muchas limitaciones se elaboró al fin el “Tratado magnífico titulado de la Unión, de la Liga, y de la Confederación perpetua” que emergió del Congreso, y aprobado por todos los concurrentes fue ratificado en última instancia solamente por la Gran Colombia en el mismo año de 1826.
                Al terminar las sesiones en la ciudad de Panamá el 15 de julio, los delegados mexicanos sugieren reiniciar el Congreso en Tacubaya, localidad a las afueras de Ciudad de México, opción apoyada de inmediato por los delegados peruanos y centroamericanos, y que los representantes de Gran Colombia aceptan para evitar las acusaciones de que el Congreso quedaría "bajo la influencia omnímoda de Bolívar".
                Se pactó que un miembro de cada delegación volvería a su país de origen y el otro partiría a Tacubaya, pero el clima político antibolivariano en Lima causó que los dos delegados peruanos (Manuel Lorenzo de Vidaurre y Manuel Pérez de Tudela) volvieran a su país.
                En agosto de 1826 los delegados de México, Gran Colombia y Centroamérica (José Domínguez, Pedro Gual, y Antonio Larrazábal, respectivamente) se reunen en Tacubaya, y allí los alcanza el observador estadounidense John Sergeant que sobrevivió al viaje hacia Panamá. Al conocerse que Perú y Centroamérica no ratifican el “Tratado magnífico titulado de la Unión, de la Liga, y de la Confederación perpetua”, el gobierno mexicano pierde casi todo entusiasmo e interés por proseguir las deliberaciones del Congreso Anfictiónico.
                Mientras tanto el delegado de Estados Unidos, John Sergeant, manifiesta a los demás representantes que sus instrucciones se limitan a negociar acuerdos de comercio con las reúblicas hispanoamericanas, que su gobierno rechaza integrarse en una confederación continental, y que EEUU también niega su apoyo a toda acción de guerra contra España en la región caribeña; todas estas explicaciones son secundadas por el embajador estadounidense en Ciudad de México, lo cual termina por frustrar otro de los objetivos de la agenda del Congreso.
                Las propias convusiones internas de la política mexicana impiden la reanudación del Congreso, y el 9 de octubre de 1828 los delegados originales de Gran Colombia, México y Centroamérica declaran la conclusión definitiva del Congreso Anfictiónico.
Consecuencias
                La creciente hostilidad de los políticos peruanos hacia Bolívar causaron que tras el alejamiento del Libertador de la presidencia del Perú sus sucesores en Lima declinaran ratificar el “Tratado magnífico titulado de la Unión, de la Liga, y de la Confederación perpetua”; similar situación también se repitió en Bolivia al cesar el gobierno del mariscal Sucre, cuando se desvaneció todo interés por el proyecto unificador de Bolívar.
                Las tensiones internas en las Provincias Unidas de Centroamérica hicieron imposible en éstas una posición unánime a favor de los acuerdos de Panamá, además que los litigios territoriales de Centroamérica con México no habían quedado resueltos en el Congreso Anfictiónico, dejando insatisfechos a ambos estados sobre un tema que precisaban solucionar antes de integrarse a un proyecto de unión continental.
                El propio “Tratado magnífico titulado de la Unión, de la Liga, y de la Confederación perpetua” omitía temas importantes del proyecto de Simón Bolívar como la integración comercial y el cese de los pleitos territoriales, mientras que la alianza militar defensiva no ponía fin a la separación de fuerzas entre los países hispanoamericanos. La discordia entre las delegaciones había impedido llegar a acuerdos decisivos en muchos temas proyectados, restando fuerza a las decisiones del Congreso.
                El hecho que apenas uno de los cuatro estados participantes ratificaran los ya limitados acuerdos de Panamá causó que el propio Simón Bolívar considerase al Congreso Anfictiónico como una experiencia fallida poco después que concluyeran las sesiones, señalando: "El Congreso de Panamá sólo será una sombra".
                Cuatro años después del Congreso, en 1830, la Gran Colombia se disolvió en tres países, y en 1834 las Provincias Unidas de Centroamérica se desmembraron en cinco estados.
                Al final Gran Bretaña, que envió también un representante en calidad de observador, aprovechó la situación para iniciar acuerdos comerciales con los países asistentes por separado; irónicamente el gobierno británico fue el más beneficiado al obtener importantes tratados comerciales con algunos países.
                La idea de la unión de los países latinoamericanos se mantuvo en suspenso pero latente. Años más tarde se creó la Unión Panamericana y luego la Organización de Estados Americanos (OEA). También, actualmente hay un Parlamento Latinoamericano. El presidente venezolano Hugo Chávez Frías insiste en una Confederación o Liga entre las naciones de Suramérica y al parecer se han dado los primeros pasos para la conformación de "Unión de Naciones Suramericanas" (UNASUR).


lunes, 17 de octubre de 2011

Bolívar en Bolivia

Bolívar en Bolivia
            El 9 de febrero de 1825, el mariscal Antonio José de Sucre y Casimiro Olañeta, abogado de Chuquisaca y sobrino del mencionado general, convocaron a todas las provincias altoperuanas para reunirse en un congreso que debía decidir el destino de la nación. Pero, el destino de la nueva república estaba sujeto a tres posibilidades que se abrían en el seno de la asamblea, proseguir la unidad con Buenos Aires, incorporándose al conjunto de las Provincias Unidas, mantener la adhesión al Perú reconociendo las medidas de incorporación dictadas por el virrey Abascal como resultado de la revolución del 16 de julio de 1809 en La Paz, o sostener con decisión la independencia absoluta del Alto Perú, no sólo con relación a España, sino también con referencia al Provincias Unidas del Río de la Plata y al Perú. Tanto como el gobierno de Buenos Aires y el Perú admitían esta tercera alternativa, en cambio, Bolívar, si bien no desautorizó públicamente a Sucre le reprochó en carta privada esta iniciativa, pues entendía que alentar en ese momento un acto de soberanía de esa naturaleza, conspiraba contra los intereses de la Gran Colombia, ya que el territorio de la Real Audiencia de Quito podría pretender el mismo trato que la de Charcas.    El Congreso General Constituyente de Buenos Aires, por decreto de 9 de mayo de 1825, declaró que «aunque las cuatro provincias del Alto Perú, han pertenecido siempre a este Estado, es la voluntad del congreso general constituyente, que ellas queden en plena libertad para disponer de su suerte, según crean convenir a sus intereses y a su felicidad», despejando el camino a la independencia alto peruana.
            Sucre, un tanto molesto por el reproche que le hacía Bolívar, después de demostrar sus razones, anunció que obedecería lo mandado, pero que también abandonaría el país, porque lo que se le ordenaba no compartía con su criterio, más al contrario, chocaba con su conciencia y comprometía la fe de su palabra. Convocada nuevamente la Asamblea Deliberante en Chuquisaca, el 9 de julio de 1825, y concluida se determinó la completa independencia del Alto Perú, bajo la forma republicana, por soberana de sus hijos. Finalmente, el presidente de la Asamblea José Mariano Serrano, junto a una comisión, redactó el Acta de la Independencia que lleva fecha del 6 de agosto de 1825, en honor a la Batalla de Junín ganada por Bolívar. Por lo que la independencia de la República de Bolivia fue proclamada definitivamente el 6 de agosto de 1825 en un Congreso celebrado en Chuquisaca.

El 18 de mayo de 1826 Bolívar firmó en Lima un decreto de reconocimiento de la independencia de Bolivia por parte del Perú. []Mediante un decreto la Asamblea determinó que el nuevo estado llevaría el nombre de «República Bolívar», en homenaje al Libertador, designado «Padre de la República». Se le concede también el supremo poder ejecutivo en forma vitalicia, con los honores de Protector y Presidente.[4] Bolívar agradeció estos honores, pero declinó la aceptación del cargo, designando al general Antonio José de Sucre.
            Pasado un tiempo se volvió a debatir el nombre de la joven nación, y un diputado potosino llamado Manuel Martin Cruz, dijo que al igual que «de Rómulo viene Roma», «de Bolívar vendrá Bolivia». Bolívar al enterarse de esta noticia se sintió halagado por la joven nación. Bolívar hasta ese momento no aceptaba de buen grado la independencia de Bolivia, debido a que le preocupaba su futuro, debido a que Bolivia se encuentra en el centro de Suramérica, y esto según Bolívar supondría que sería una nación acosada y que afrontaría futuras guerras, cuestiones que se cumplieron.             Bolívar deseaba que Bolivia formara parte de otra nación, preferentemente Perú, pero lo que le convenció profundamente fue la actitud de las masas populares. El 18 de agosto, a su llegada a La Paz hubo una manifestación de regocijo popular. La misma escena se repitió cuando el Libertador llegó a Oruro, después a Potosí y finalmente a Chuquisaca. Esta expresión tan ferviente de la población, conmovió a Bolívar, quien llamó su «hija predilecta» a la nueva Nación.

Cátedra Bolivariana II

Bolívar en Perú
            Llegada de Bolívar a Perú: Bolívar sabía que la independencia de la Gran Colombia nunca estaría segura si no se lograba definitivamente la independencia del Perú; tampoco aquí se veía otra alternativa que no fuera la intervención del Libertador. Por su parte, Sucre, el hábil adelantado de Bolívar, había preparado eficazmente el terreno para la realización de sus planes. El Congreso solicitó con urgencia la presencia de Bolívar y tan pronto como éste hubo llegado le concedió la suprema autoridad con poderes militares y políticos, hasta la terminación de la guerra. El Protectorado no consolidó la independencia y acabó en medio de críticas. Por ello San Martín se retiró, devolviendo el poder al pueblo peruano a través del Congreso instalado en 1822, y que tampoco pudo vencer al virrey. Los peruanos, impotentes, tuvieron que llamar al exitoso libertador caraqueño, Simón Bolívar.
            Para los peruanos era insufrible ya la situación, la anarquía reinaba por doquier, y la amenaza realista crecía. El 10 de febrero de 1824 Bolívar es nombrado Dictador del Perú, para que controle las riendas. Su actuación, de hecho, produjo los frutos deseados. El decreto del Congreso del Perú dice: «Considerando ...que sólo un poder dictatorial depositado en una mano fuerte, capaz de hacer la guerra, cual corresponde a la tenaz obstinación de los enemigos de nuestra independencia, puede llenar los ardientes votos de la representación nacional...la suprema autoridad política y militar de la República queda concentrada en el Libertador Simón Bolívar».  Eran los días en que el Perú agradecido confiaba en el Libertador y depositaba en él toda su esperanza. No fue defraudado este país sureño, cuando ese mismo año de 1824 Bolívar logró desbaratar la anarquía de los inadaptados, y para cerrar con broche de oro el 9 de diciembre Sucre vence en Ayacucho dando libertad al Perú y al resto de la América dominada entonces por los españoles.
            La Campaña Final: Con las tropas traídas por él, Bolívar preparó la ofensiva buscando recursos en el norte y centro del país. Acantonó sus tropas en Huaylas y pasó después a Cerro de Pasco, el 6 de agosto de 1824, la victoria de Junín le abrió el acceso a la sierra y señaló el principio del fin para los ejércitos del Rey. Bolívar regresó a Lima mientras Sucre al frente de un ejército de colombianos, argentinos, chilenos y peruanos prepara la campaña final. El choque de se produjo el 9 de diciembre de ese mismo año en los campos de Ayacucho, con el triunfo total de los patriotas. El Virrey La Serna fue tomado prisionero y firmó la Capitulación de Ayacucho que puso fin a la resistencia de los españoles en le Perú.

                     Información tomada de internet.

sábado, 16 de julio de 2011

felicitaciones a todos los aprobaron su asignatura

Hola bachilleres, buenas noches, cumplo con participarles que ya  por este semestre no se evaluaran mas comentarios. gracias por su participación.

sábado, 25 de junio de 2011

Colombia y el Tratado de Armisticio y la Regularización de la Guerra.


El 1820 ocurrieron en España sucesos políticos que tuvieron repercusión importante en la guerra de independencia. A comienzos de año, varios regimientos concentrados cerca de Cádiz para partir a América, se sublevaron bajo al mando del Coronel Riego e iniciaron un movimiento revolucionario que rápidamente se extendió a Madrid y a la mayor parte de las provincias metropolitanas. Los revolucionarios exigían: suprimir la inquisición, gravar con impuestos al clero y la nobleza, cerrar monasterios, confiscar propiedades agrarias de los nobles y restaurar la constitución de 1812. Bajo la presión del movimiento liberal, el Rey Fernando VII convocó las Cortes, prestó juramento a la constitución de 1812 y suprimió la inquisición. Al mismo tiempo, el gobierno español, envió instrucciones a sus jefes Militares en las colonias para entrar en negociaciones con los republicanos.
Este cambio de actitud del gobierno español, condujo a la firma de dos tratados suscritos entre los representantes de la República de Colombia y de España. Fueron los tratados de Armisticio y de Regularización de la Guerra, firmados en Trujillo, los días 25 y 26 de noviembre de 1820, respectivamente.
El Capitán General Pablo Morillo recibe instrucciones el 6 de junio de 1820 desde España para que arbitre con Simón Bolívar un cese a las hostilidades. Morillo informa a Bolívar sobre el cese al fuego unilateral del ejército español y la invitación para conferenciar un acuerdo de regularización de la guerra.
El 27 de noviembre de 1820, en el pueblo de Santa Ana, en Trujillo, se realiza la histórica entrevista entre Bolívar y el Jefe realista Pablo Morillo, para ratificar con un abrazo los Tratados que acababan de firmar.
Es fama que este recio general español se sintió avergonzado cuando vio concurrir al sitio previsto al Libertador, con la mínima compañía, montado en una mula, sin arreos militares, con gorra de campaña y una levita azul. En cambio Morillo venía con sus mejores galas y una considerable escolta. Después de numerosos abrazos, se hicieron originales brindis.
Luego, el Jefe español propuso que se erigiera en el sitio una pirámide que recordara el abrazo fraternal, y Bolívar y Morillo pusieron la primera piedra de ese monumento que hoy existe en Santa Ana. Ambos coincidieron, en sus respectivas relaciones, que pasaron los momentos más felices al entablarse tal amistad.
El Tratado de Regularización de la Guerra fue firmado por los plenipotenciaros el 26. Mediante este acuerdo ambos bandos se comprometían a hacer la guerra "como lo hacen los pueblos civilizados", acordando el respeto a los no combatientes, el canje de prisioneros y a acabar definitivamente con las viejas prácticas de la guerra a muerte. Este representa el principal antecedente del Derecho Internacional Humanitario actual.
El Tratado de Armisticio tenía por objeto suspender las hostilidades para facilitar las conversaciones entre los dos bandos, con miras a concertar la paz definitiva. Este Tratado se firmó por seis meses y obligaba a ambos ejércitos a permanecer en las posiciones que ocupaban en el momento de su firma. Con este propósito, en el Tratado se fija como línea de demarcación la siguiente:
"El río Unare, remontándolo desde su embocadura al mar hasta donde recibe el Guanape; las corrientes de éste subiendo hasta su origen; de aquí una línea hasta el nacimiento del Manapire; las corrientes de éste hasta el Orinoco; la ribera izquierda de éste hasta la confluencia del Apure; éste hasta donde recibe al Santo Domingo; las aguas de éste hasta la ciudad de Barinas, de donde se tirará una línea recta hasta Boconó de Trujillo; y de aquí la línea natural de demarcación que divide la Provincia de Caracas del Departamento de Trujillo".
El Tratado de Regularización de la Guerra significó el compromiso de ambos bandos de hacer la guerra respetando las normas más elementales del derecho de gentes, que habían sido violadas de parte y parte durante los años de la guerra. Desde 1810, la guerra fue una contienda en que no se respetaba la vida de los prisioneros, ni siquiera la de los heridos en el campo de batalla. Tal manera de hacer la guerra fue terriblemente perjudicial a nuestro país, por el carácter de contienda civil que tuvo y por la inclinación de grandes sectores del pueblo a apoyar a los realistas. La firma de este Tratado vino, pues, a significar la terminación de la guerra a muerte, proclamada por El Libertador desde 1813.
Los Tratados de Armisticio y Regularización de la Guerra enmarcan, en cierto modo, la transición de la Guerra de Independencia de Venezuela, a la Guerra de Independencia de la República de Colombia. Ambos tratados fueron suscritos no a nombre del gobierno de Venezuela, sino del gobierno de Colombia. La creación de la República de Colombia como entidad jurídica y política, que se había iniciado en el Congreso de Angostura meses antes, vino a recibir el reconocimiento internacional cuando España, por medio de sus representantes, convino en suscribir estos acuerdos con los representantes de Colombia. El reconocimiento de la República de Colombia por España fue un paso importante en el reconocimiento del status jurídico del movimiento de independencia, porque por primera vez el gobierno español dejaba de considerar a los republicanos como alzados, insurgentes y rebeldes, que era la denominación que corrientemente se daba a los patriotas, y los aceptaba como legítimos representantes de la nueva nación.
El Armisticio firmado en Trujillo quedó interrumpido antes del plazo señalado y la guerra se reanudó a partir del 28 de abril de 1821. La causa de esta interrupción fue el pronunciamiento de la ciudad de Maracaibo, en donde una asamblea popular reunida el 28 de enero, declaró la ciudad y su territorio constituidos en "República Democrática", unida a Colombia. Inmediatamente después de este pronunciamiento, las tropas patriotas entraron en Maracaibo y ocuparon la plaza. Estos hechos fueron interpretados por los realistas como una violación del Armisticio, basándose en que Maracaibo estaba dentro de los límites del territorio que les correspondía según el tratado. Sin embargo, el pronunciamiento de Maracaibo era un acontecimiento de gran importancia que venía a reforzar las posiciones políticas y militares de los independientes. Esta ciudad y su provincia habían permanecido fieles al gobierno Español y el cambio de actitud que ahora asumía no podía quedar sin el debido respaldo del gobierno patriota. En tal sentido, El Libertador mantuvo la ocupación de la ciudad e invitó al jefe español a conversaciones para llegar a un acuerdo favorable del incidente. Este arreglo no fue posible, y ambos bandos convinieron reanudar las hostilidades a partir del 28 de abril.


domingo, 19 de junio de 2011

PRIMERA REPÚBLICA DE VENEZUELA

Primera Republica de Venezuela
        La Primera República de Venezuela es el nombre con que se conoce al periodo histórico transcurrido entre los años 1810 y1812 en la historia de Venezuela. La primera república tiene su inicio el 19 de abril de 1810 cuando una Junta Suprema declarada en Caracas destituye al Capitán General Vicente Emparan e instala un Congreso así como declara la independencia del país el 5 de julio de 1811. Al territorio se le denominó Estados Unidos de Venezuela o Provincias Unidas de Venezuela.
        Con la declaración de la independencia y las campañas emprendidas por los republicanos se inicia la guerra de independencia. La república cae definitivamente el 25 de julio de 1812 con la capitulación de San Mateo ante el jefe realista Domingo Monteverde, al haber vencido en su campaña por la reconquista del país, quién entra en Caracas el 30 del mismo mes.

La Junta de caracas
       El 19 de abril de 1810, el Capitán General de VenezuelaVicente Emparan es derrocado, al poco tiempo, se proclama la Suprema Junta Conservadora de los derechos de Fernando VII en nombre del depuesto rey Fernando VII. La Junta secuestra y reparte las rentas reales (3.000.000 pesos) destinados a la península como ayuda para la guerra contra los franceses. Se llama a Francisco de Miranda para regir los destinos del país y al poco tiempo, se llega al enfrentamiento armado.
       Al principio, los bandos se autodenominaron patriotas y realistas. La Junta de Caracas notifica oficialmente a la Regencia que ha tomado la soberanía de su provincia, dado el estado de disolución del gobierno de España, y que retendría y usaría ese poder hasta el regreso de Fernando VII o hasta que se formase en España un gobierno constituido por Cortes convocadas según las leyes, con la correspondiente representación de los reinos, provincias y ciudades de Indias.
       Se formó un ejército para imponer el gobierno a la provincia de Maracaibo y al departamento de Coro, disidentes de la Junta caraqueña. Los de Coro derrotaron a los caraqueños y la Regencia declara el bloqueo de las costas de Venezuela, enviando a la fragata Cornelia y a la corbeta Príncipe con siete barcos menores, al mando del Capitán de Navío José Rodríguez de Arias. Llevaban también auxilio de dinero y armas para los realistas. Sin embargo, la Junta de Caracas es reconocida por los holandeses de Curazao, lo que dificulta el bloqueo.
        La Primera República tuvo una duración efímera. Los realistas, al mando del experimentado oficial Domingo de Monteverde, consiguieron derrotar, en julio de 1812, a las tropas republicanas venezolanas y hacer prisionero a Francisco de Miranda. Poco más tarde, en 1813, Simón Bolívar obtendría contundentes victorias sobre los españoles en la vecina Nueva Granada y penetraría en territorio venezolano hasta entrar triunfante en Caracas el 6 de agosto de 1813, recibiendo el título de "Libertador", título con el que pasaría a la historia.

          Es un documento en el cual siete provincias pertenecientes a la Capitanía General de Venezuela en Sudamérica reunidas en la Capilla Santa Rosa de Lima declararon su independencia de la Corona de España, estableciendo una nueva Nación basada en principios republicanos y federales, aboliendo para siempre la Monarquía. Bajo los valores de la igualdad de los individuos, la prohibición de la censura y la libertad de expresión. Consagra el principio constitucional y se opone radicalmente a las prácticas políticas, culturales y sociales que habían existido durante trescientos años en la América española. La Declaración es notable por ser el primer caso de una Colonia española de América que declara su independencia.
          Las Siete de las provincias explicaron sus razones para esta acción, entre ellas, que era funesto que una pequeña Nación de Europa gobernará las grandes extensiones del Nuevo Mundo, Venezuela recuperó el derecho a la autonomía después de las abdicaciones de Carlos IV y Fernando VII en Bayona, y la inestabilidad política en España dictó que los venezolanos debían gobernarse por sí mismos, a pesar de la hermandad que compartían con los españoles. La nueva Nación que esta declaración proclamó sería la Confederación Americana de Venezuela, posteriormente con la promulgación de la Constitución Federal de 1811, oficializaría el nombre de Estados de Venezuela. Fue elaborada por Juan Germán Roscio y Francisco Isnardi, fue ratificada por el Congreso el 7 de julio de 1811, y pasada al libro de Actas el 17 de agosto de 1811, en Caracas.
          Cada 5 de julio se celebra como el Día de la Independencia de Venezuela. El Libro de Actas original del primer Congreso de Venezuela que contiene la Declaración se encuentra en el Salón Elíptico del Palacio Federal Legislativo, en Caracas.  
          El 5 de julio de 1811 la Junta de Caracas declara la independencia del territorio, al que llama Confederación Americana de Venezuela. Firman esta declaración Juan Antonio Rodríguez como Presidente, Luis Ignacio Mendoza como Vicepresidente y Francisco Isnandy como secretario; y comienza una persecución de realistas. En los territorios realistas actúan igualmente contra los patriotas.
           De 1816-1817, fue la segunda campaña llevada a cabo por los patriotas venezolanos en la Guerra de independencia de Venezuela en la región de Guayana luego de la campaña de 1811-1812 que había terminado en desastre. La campaña fue un gran éxito para los republicanos, lograron luego de varias batallas expulsar todo los realistas de la región con lo cual quedaron en poder de una región rica en recursos naturales y facilidades de comunicación que sirvió de base para lanzar campañas a otras regiones del país.    
Consecuencias
         La campaña de Guayana fue uno de los hechos más trascendentales de la lucha de independencia de Hispanoamérica. El control del rico territorio guyanés, dio a los republicanos gran cantidad de ganado, piedras preciosas y otros recursos naturales además de contar con una salida al mar Caribe por donde traficar dichos productos y comprar armamento, a su vez estaban comunicados con el Apure donde el líder independentista José Antonio Páez controlaba a los llaneros.
         El eje Guayana-Apure fue el factor que rompió con el estancamiento en que se hallaban los republicanos desde 1814, obligados a pelear a la defensiva. Bolívar pasaría de Guayana a los Llanos para entrevistarse con Páez, luego de lo cual emprendería las campañas de Apure, el Centro y Nueva Granada.

Desestabilización de la Primera República (insurrecciones)
      Poco después del 5 de julio de 1811 los ánimos estaban caldeados. Muchos realistas, caraqueños y canarios, planeaban una conspiración para regresar al estado anterior al 19 de abril de 1810, en la cual se alzarían varias poblaciones, entre ellas Valencia, Caracas y Los Teques, con el apoyo de la guarnición de Puerto Cabello y tropas españolas procedentes de Maracaibo que aún permanecía realista. Ésta conspiración fue delatada ante el congreso y el gobierno procedió a ejecutar arrestos. Entre tanto, cuando se supo de la denuncia, se alzaron en Valencia y el 11 de julio se alzaron en Los Teques.
       En Los Teques un grupo de canarios, armados con trabucos, gritaban furiosamente "viva el rey y muerte a los traidores",1 y habían prometido liberar a los negros que se sumaran a la revuelta. Las autoridades los sofocaron rápidamente, ayudados por la población armada de sables y cuchillos y ningún negro se sumó a la causa realista. y En Valencia el alzamiento triunfaba y se proclamaba a Fernando VII. Lr realistas habían insurreccionado a las castas de la región con promesas de libertad e igualdad social, se le dio libertad a los negros e igualdad a los pardos que se sumaron a la revuelta,2 y se le entregó armas al pueblo insurreccionado. Las promesas hacían eco en el 76la naciente república. El odio cultivado a través de siglos de los negros, pardos y demás castas hacia los blancos criollos, representantes del poder y la aristocracia, originó múltiples deserciones tanto de ejército patriota como de la esclavitud de las haciendas abultando así las fuerzas realistas.
        En vista del alzamiento de Valencia el congreso decidió enviar a un numeroso ejército tras varios días de discusión entre patriotas y realistas. Eligieron al Francisco Rodríguez del Toro al frente del ejército, muy probablemente en detrimento de Francisco de Miranda, ya que éste era su enemigo.3 El marqués fracasó en su intento de recuperar Valencia, por lo cual el congreso se vio obligado a elegir a Miranda por presión de los extremistas patriotas, quien luego de tomar el control del ejército, fue víctima de intrigas y contraórdenes del congreso, pero pudo acabar con la insurrección en Valencia en una acción resuelta.
Caída de la Primera República
        En 1812, el Capitán de Fragata Domingo Monteverde es encargado del comando de la Infantería de Marina española, lo que provoca un conflicto de autoridad con Millares y Ceballos, quienes eran los líderes oficiales. Al llegar a Coro, el 22 de marzo de 1812, tiene su primer contacto con las tropas patriotas al mando del Coronel Diego Jalón, y las derrota rápidamente, ya que la caballería patriota ataca a sus compañeros de infantería pasándose al bando realista.
El Terremoto de 1812
       El 26 de marzo de 1812 un terrible terremoto azota al país, afectando especialmente a las ciudades en manos de los patriotas; Caracas y La Guaira fueron casi destruidas. Puesto que era Jueves Santo, una gran cantidad de personas se encontraban en las iglesias; por lo que hubo una muchos que quedaron sepultados. También el ejército sufrió bajas. Monteverde aprovecha este suceso para tomar Barquisimeto sin disparar un solo tiro: la ciudad había quedado asolada por el sismo.
Fin de la República
        Por su lado, Monteverde siguió avanzando, incorporando nuevos combatientes entre los simpatizantes realistas.
        El 30 de junio, los realistas presos en el castillo de San Felipe, en Puerto Cabello (que estaba comandado por Simón Bolívar), se sublevan al mando del Alférez Francisco Fernández Vinori, apresan a la guarnición y baten la ciudad y el puerto con los cañones del fuerte. Vuelan al bergantín patriota Argos y rinden la plaza y dos goletas y una lancha cañonera que se encontraban en el puerto.
      Por otro lado, negros y mulatos se alzan contra la junta en Barlovento, aclamando al rey Fernando.
      Miranda no consigue dominar la revuelta, mientras Monteverde se aproxima victorioso a Caracas. Como mal menor, Miranda decide entablar acuerdos con Monteverde ofreciendo volver a la situación anterior a la independencia. El 24 y 25 de julio llegan a un acuerdo por el que los insurgentes entregan las armas a cambio de inmunidad para personas y bienes. Miranda se dirige a La Guaira para embarcar hacia el extranjero, pero es detenido por sus camaradas, entre los que se encuentra un joven Simón Bolívar. Es acusado de dilapidar los caudales públicos y entregado a los realistas, que le envían a CádizFrancisco de Miranda es encarcelado en el Arsenal de La Carraca, donde fallece.

La recuperación de Venezuela
       A lo largo del periodo de expansión que rompió récords en Venezuela, la oposición al gobierno – incluidos la mayoría de los medios de comunicación internacionales, así como Washington - estaban "llorando, esperando, y esperanzado", como cantaba una vez la leyenda del Rock&Roll Buddy Holly. Rogaban y escribían que el "desastre petrolero" tenía que estar a la vuelta de la esquina. Sin embargo, durante cinco años y medio desde el primer trimestre de 2003, cuando el gobierno de Chávez obtuvo el control de la compañía estatal de petróleo, la economía real aumentó en un 95 por ciento. Se redujo la pobreza en la mitad y la pobreza extrema en más del 70 por ciento, el gasto social por persona se triplicó, y el acceso a la salud y la educación superior aumentaron drásticamente. . Los votantes recompensaron a Chávez reeligiéndolo por su más amplio margen, 63% en 2006.
        Luego, a finales de 2007, mientras la economía de EE.UU caía en recesión, la economía venezolana empezó a desacelerarse. . En el cuarto trimestre de 2008, los precios mundiales del petróleo se derrumbaron repentinamente, cayendo en seis meses de un máximo de $137 a sólo $41. Venezuela entró en recesión por primera vez desde la huelga petrolera de la oposición de 2002-03, sufriendo una contracción en su economía del 3,3 por ciento en 2009. Las oraciones de los enemigos de Chávez fueron atendidas; el "boom petrolero” venezolano, como el último del 1973 al 1977, finalmente se había terminado.
Ávila, Ender      19.476.124